La mayoría de los usuarios después de un tiempo de uso se quejan porque sus dispositivos dejan de funcionar correctamente. Tablets y smartphones se vuelven lentos, generan errores al ejecutar aplicaciones, consumen la batería más rápido, se congelan y hasta se reinician automáticamente.

 

Esto ocurre si no cuidamos las aplicaciones que usamos o bien no las eliminamos de manera correcta. A la larga, el descuido provoca bugs (fallos en el sistema).

 

Si lo que quieres es tener tu dispositivo Android como cuando lo compraste por primera vez, puedes hacer un factory reset (dejarlo con los valores de fábrica) o bien un hard-reset que es útil cuando no puedes ingresar al sistema.

 

¿Para qué sirve un hard-reset?

  •  Eliminar todos los datos que hemos almacenado en el terminal. Esto sirve para vender tu móvil, pero también para recuperar la velocidad que tenías antes de todas las instalaciones.
  • Buscar solución a la inestabilidad que muestra el SO. A veces se produce por algunas apps instaladas, y con este proceso, solucionaríamos todo. Pero claro, habrá que hacer copia de seguridad si queremos conservar los datos.
  • Eliminar parámetros personalizados por el usuario como el patrón de desbloqueo, los códigos de acceso de seguridad, …

 

¿Para que no sirve un hard-reset?

  •  Para liberar el terminal móvil.
  •  Para deshacerse de aplicaciones nativas que vienen por defecto instaladas con el sistema operativo.